Empezar Otra Vez. Predicación
Hay una razón por la que la Biblia está llena de historias de personas que cometieron errores. Los protagonistas de esas historias eran personas reales, como tú y yo. Pasaron por momentos difíciles y estuvieron tentados de abandonar sus sueños; sintieron que habían fracasado miserablemente en la vida. Sin embargo, Dios no los abandonó.
Sabía que cometerían errores, pero también sabía que si se arrepentían (se alejaban del pecado) y pedían perdón (algo que todos necesitamos hacer), entonces Él podría utilizar sus problemas para Su gloria. Así que les dio otra oportunidad en la vida, y eso es lo que todos necesitamos también.
No eres el único que ha cometido errores.
Por muy bien que creas que has vivido tu vida, por muchas buenas acciones que creas haber hecho, lo más probable es que hayas cometido algunos errores en el camino. Todos somos imperfectos y necesitamos el perdón, y es importante que reconozcamos esta verdad. Incluso cuando sentimos que nuestros pecados son demasiado grandes para ser perdonados o que nunca serán olvidados, Dios nos ofrece misericordia y gracia si se lo pedimos.
El arrepentimiento es un regalo de Dios
Antes de empezar de nuevo, recuerda que el arrepentimiento es un regalo de Dios. Esto significa que no es algo que podamos ganar, sino algo que Él nos da cuando se lo pedimos. Por eso la Iglesia siempre ha enseñado que la penitencia es mucho más que decir simplemente "lo siento". De hecho, la penitencia implica compensar nuestros pecados mediante buenas obras y la reflexión en oración sobre nuestras acciones, y luego pedir a Dios que nos perdone a su tiempo y manera.
Dios puede convertir tus errores en milagros.
Cuando cometes un error, Dios puede utilizarlo para el bien. Él puede tomar lo que parece un callejón sin salida y convertirlo en algo nuevo o diferente que te ayude. Dios también puede tomar tus errores y usarlos para ayudar a otros mostrándoles lo que no deben hacer o cómo no deben actuar en sus propias vidas para que no cometan el mismo error que tú.
No estás descalificado.
Quizá hayas hecho algo malo, o quizá tengas miedo de hacer algo malo. Tal vez hay una situación que ha sucedido y se siente demasiado grande para manejarla. Pero la verdad es que no estás descalificado. No estás solo en tus luchas, y hay esperanza para empezar de nuevo en la luz de Dios.
En la Biblia, aprendemos cómo Dios nos perdona cuando le pedimos que nos perdone (1 Juan 1:9). Él sabe lo que es cometer errores y fracasar porque fue tentado por el pecado al igual que el resto de nosotros (Hebreos 2:18).
El libro de Colosenses nos enseña que podemos volver a empezar poniendo nuestra confianza sólo en Jesucristo para que podamos ser perdonados por su gracia mediante la fe (Colosenses 3:2).
Tus mejores días están por delante.
Tienes que saber que Dios puede convertir cada error que has cometido en un milagro. Cuando Él mira tu vida, ve todo el potencial y las posibilidades que aún tienes que experimentar. Eso significa que no hay lugar donde tus mejores días hayan quedado atrás. Dios quiere que todas las cosas sean nuevas, y puede tomar incluso tus peores días y convertirlos en tus mejores días.
Dios quiere hacer nuevas todas las cosas.
Eres nuevo en Cristo. El apóstol Pablo escribe: "Os habéis despojado del viejo yo con sus prácticas y os habéis revestido del nuevo yo, que se renueva en el conocimiento a imagen de su creador" (Colosenses 3:9-10). Puedes ser más que una persona nueva; puedes ser como nuevo.
Permítame explicarle lo que este versículo significa para usted. Dios quiere hacer nuevas todas las cosas, incluida tu vida y la mía. Cuando Dios creó todo de la nada, lo hizo bueno (Génesis 1:31). Pero a veces estropeamos tanto nuestras vidas que pierden su bondad, se vuelven menos buenas.
Tu vida era antes completamente aceptable para Dios; reflejaba perfectamente su bondad; pero ahora, debido al pecado, tu vida ya no es aceptable porque ya no refleja su bondad perfecta, sino que refleja tu imperfección o pecaminosidad.
La Biblia dice que aunque fuimos creados por Dios como personas buenas, pero debido a nuestras propias decisiones nos convertimos en personas malas, así que ahora necesitamos a Jesucristo para eliminar esos pecados y restaurarnos de nuevo a su imagen perfecta. ¡Qué maravilla!
Conclusión
Usted no está solo. Dios nos ha dado muchas personas que han pasado por este mismo proceso y están dispuestas a ayudarte a empezar de nuevo. Algunas de estas personas podrán reunirse contigo en persona, mientras que otras pueden ser perfectas para hablar por teléfono o por mensaje de texto. Es importante que te pongas en contacto con ellos lo antes posible para que puedan guiarte en tus próximos pasos hacia una vida libre de adicción.
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