El Pecado Es Engañoso. Prédica Cristiana
El engaño del pecado es la idea de que el pecado engaña a las personas para que piensen que no les hará daño. La Biblia habla de esto en Romanos 5:20-21. Si una persona que ha vivido una vida pecaminosa muere sin Cristo, esa persona sufrirá un castigo eterno por sus pecados. Este castigo se llama infierno y se describe como un lugar de fuego donde los pecadores son atormentados por Dios para siempre (Mateo 25:41).
- El pecado es engañoso.
- Porque es engañoso, el pecado adopta diferentes formas.
- El pecado hace que una persona piense que puede seguir cometiendo los mismos pecados y no ser herido por ellos.
- El pecado promete mucho pero sólo cumple un poco.
- El pecado te promete libertad pero luego te esclaviza a más y más maldad.
- El pecado te promete placer pero te da tristeza.
- El pecado siempre causa daño.
- Conclusión
El pecado es engañoso.
El pecado es engañoso. Parece prometer algo bueno, pero en realidad trae un resultado malo. El pecado nos engaña porque pensamos que lo que nos promete será mejor que lo que Dios nos ofrece, pero la verdad es que el pecado sólo trae consecuencias que son perjudiciales para nuestras almas. Por ejemplo, cuando uno miente o engaña, puede salirse con la suya y pensar que eso es genial.
Pero luego, cuando alguien lo descubra y difunda la noticia por la ciudad sobre lo mentiroso/tramposo que eres, ¡perderás tu reputación para siempre! Y también si alguien te pilla mintiendo o engañando no le va a gustar que su amigo le mienta/engañe, así que probablemente no querrá tener nada más que ver con él, lo que significa que no habrá más amigos.
Este ejemplo muestra cómo el pecado puede arruinar las relaciones mucho más de lo que hubiera hecho el ser sorprendido mintiendo/engañando solo (e incluso peor que descubrirlo uno mismo).
Porque es engañoso, el pecado adopta diferentes formas.
- El pecado puede ser una persona, un lugar o una cosa.
- Usted puede pensar que ha sido engañado por otra persona. Pero la verdad es que todo pecado es engañoso en su forma. La raíz de nuestro problema no es una persona, sino la naturaleza misma del pecado. El pecado nos engaña porque no tiene un verdadero poder por sí mismo; sólo actúa mediante el engaño y la coacción (Proverbios 6:16-19). Si queremos vencer nuestros pecados, primero debemos reconocer su naturaleza engañosa y luego alejarnos de ellos con arrepentimiento (1 Juan 1:9).
El pecado hace que una persona piense que puede seguir cometiendo los mismos pecados y no ser herido por ellos.
El pecado hace que una persona piense que no hay daño en cometer los mismos pecados una y otra vez. Una persona comienza a engañarse a sí misma pensando que si puede salirse con la suya una vez, entonces podrá hacer cualquier otra cosa nunca más y no se verá perjudicada por ninguna de ellas. El pecado promete mucho pero sólo entrega un poco, placer y libertad, pero esclaviza a su víctima más y más al mal.
El pecado engaña a la persona haciéndole creer que si comete un pecado, Dios le perdonará también todos los demás: "En cuanto a mí", dice el Señor, "este es mi pacto con ellos: Mi Espíritu, que está sobre ustedes, no se apartará de entre ustedes; y les daré disciplina (ley)". (Isaías 63:10).
El pecado promete mucho pero sólo cumple un poco.
El pecado promete mucho, pero sólo da poco. El pecado promete placer, pero sólo da dolor. El pecado promete libertad, pero sólo da esclavitud.
El pecado también tergiversa a Dios y su bondad, así como nuestra propia autoestima. Nos dice que podemos satisfacer nuestros propios deseos, cuando en realidad eso es imposible, porque por mucho que intentemos complacernos a nosotros mismos o a los demás mediante la autogratificación, siempre falta algo dentro de nosotros que nada más puede llenar.
Hemos sido creados por Dios para vivir con Él en relación y tener comunión con Él para siempre; sin embargo, el pecado nos separa de Él y nos impide experimentar esta maravillosa vida junto a Él (1 Juan 2:16).
El pecado te promete libertad pero luego te esclaviza a más y más maldad.
El pecado te promete libertad pero luego te esclaviza a más y más maldad. El pecado te hace sentir bien al principio, pero te esclaviza más al pecado hasta que tu vida ya no es tuya. Si una persona fuera liberada de la esclavitud del pecado por Jesucristo, entonces podría servir a Dios con todo su corazón y su mente (Romanos 12:1).
El pecado te promete placer pero te da tristeza.
El pecado te promete placer, pero te da dolor. El pecado te promete libertad, pero te esclaviza a más y más maldad. El engaño del pecado es tal que toma diferentes formas, y una vez que has sido engañado por un tipo de pecado, volverá a engañar de otra manera. Por ejemplo: Un joven se involucra con la pornografía y practica el adulterio; luego es llevado a la homosexualidad y finalmente comete un asesinato (Romanos 1:24-32).
El pecado siempre causa daño.
Es hora de terminar esta discusión sobre el pecado. Hemos señalado que el pecado siempre causa daño y lo hace engañando a la persona para que piense que puede seguir cometiendo los mismos pecados y no ser dañado por ellos. El pecado promete mucho, pero sólo cumple un poco. El pecado promete libertad, pero luego te esclaviza a más y más maldad. El pecado promete placer, pero en cambio te da dolor.
Así que cuando alguien te diga que quiere cometer algún pecado, ¡no se lo permitas! Debes advertirle que no lo haga porque no podrá ver su propio engaño hasta que haya probado su deseo de maldad en la experiencia de la vida real, y si no toma en serio tu advertencia ahora, ¿cómo puedes esperar que te escuche después?
Conclusión
El pecado es engañoso, y siempre nos lleva al mal. Puede empezar como algo pequeño e inofensivo, pero con el tiempo crece hasta convertirse en un gran monstruo que destruye todo a su paso. Si quieres escapar de este destino, tienes que arrepentirte de tus pecados y apartarte de ellos antes de que te lleven por un camino del que no habrá retorno.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a El Pecado Es Engañoso. Prédica Cristiana puedes visitar la categoría Prédicas.
Deja una respuesta
¡Más Contenido!