El Egoísmo Entre Cristianos
En esencia, el egoísmo consiste en anteponer tus propios intereses a los de los demás. Aunque puede ser tan sutil como no llamar a un amigo en su cumpleaños, también puede ser mucho más perjudicial. Las personas egoístas suelen ser críticas y poco amables, y creen que el mundo gira en torno a ellas. Tienen un sentido del derecho y sienten que el mundo les debe algo.
Cuando se piensa en las personas egoístas, pueden venir a la mente imágenes de personas que son groseras o exigentes en los restaurantes o que no se preocupan por nadie más que por ellas mismas. Si llevamos este concepto más allá, podemos ver cómo los cristianos pueden ser acusados de ser egoístas en ciertos escenarios.
¿Qué es el egoísmo?
Para entender qué es el egoísmo, tenemos que definirlo. El egoísmo puede definirse como la falta de preocupación por los demás o por las necesidades de los demás. No importa si tus acciones son exteriormente dañinas o no. Si están motivadas por el deseo de beneficiarte a ti mismo, entonces se califican como egoísmo. Por ejemplo:
- Si no ayudas a alguien que lo necesita porque no quieres que te perjudique más adelante (como cuando ignoras a tu amigo que tiene problemas con los deberes), eso es un ejemplo de egoísmo.
- Si evitas a alguien porque es diferente a ti (por ejemplo, si te dices a ti mismo que hacer amistad con personas que no comparten tu fe sería inútil) y que por lo tanto no vale la pena pasar tiempo con ellas, eso también es un ejemplo de egoísmo, ¡porque ese comportamiento nos alejaría del plan de Dios para nuestras vidas!
¿Por qué el egoísmo es un problema para los cristianos?
La Biblia dice que el egoísmo es un pecado. La razón por la que se llama pecado es simple: va en contra del propósito de Dios para nuestras vidas. Dios quiere que vivamos de manera que beneficiemos a los demás, no a nosotros mismos. Dios no quiere que nos centremos tanto en nosotros mismos que nos olvidemos de todos los demás que nos rodean y de lo que necesitan de nosotros. Él quiere que pensemos en los demás, no sólo en nosotros mismos.
El egoísmo puede causar muchos problemas porque aleja a las personas de Dios, la única persona que puede darles la verdadera felicidad y la paz en sus vidas. El egoísmo también hace que las personas se odien unas a otras en lugar de amarse como Jesús les enseñó (Juan 15:12). También hace que los cristianos egoístas ignoren sus responsabilidades personales como cristianos (1 Corintios 16:14), lo que les hace menos eficaces a la hora de compartir la Buena Nueva con los demás y servir a los necesitados
¿Por qué decimos que los cristianos son egoístas?
¿De qué manera son egoístas los cristianos? Veamos algunos ejemplos.
- Algunos cristianos se preocupan más por sus propias necesidades que por las de los demás. Si usted es este tipo de cristiano, entonces puede estar tentado a usar a otras personas como excusa para no hacer algo que es bueno para ellos. Por ejemplo, si tu amigo te pide que vayas a la iglesia con él el domingo por la mañana, pero resulta que no quieres ir porque interfiere con tus planes con otra persona, entonces ¿qué dices? Podrías decirle a tu amigo que se quede en casa porque habrá otra oportunidad más adelante en la semana (o mejor aún: ¡podrías simplemente ir!). Esto sería un egoísmo disfrazado de bondad porque antepone lo tuyo a lo suyo.
- Otras veces pensamos sólo en nosotros mismos cuando tomamos decisiones o tenemos conversaciones con otras personas, y esto puede llevarnos a hacer cosas que normalmente no haríamos si nuestra mente no estuviera tan centrada en lo que es mejor para nosotros. Por ejemplo: ¿Cuándo fue la última vez que alguien te preguntó cómo estabas hoy? ¿O algún amigo te ha dicho alguna vez que compartir tus luchas les ayudará a sentirse más unidos?
¿Cómo puedo dejar de ser egoísta?
Para no ser egoísta, primero hay que aprender a ser amable con los demás. Esto puede hacerse siendo un buen oyente y dando a los que necesitan ayuda. Si eres generoso con tu tiempo y tus recursos, los demás verán tu altruismo y se inspirarán en él. Ser paciente con otras personas también demuestra que sientes empatía por ellas y que comprendes sus luchas. Mostrar perdón en situaciones difíciles demuestra que pueden confiar en ti como amigo o familiar que siempre les cubrirá la espalda cuando las cosas se pongan difíciles.
Ser humilde significa no pensar que el mundo gira en torno a una sola persona (tú) porque hay muchas opiniones diferentes sobre todo lo que hay bajo el sol; por lo tanto, todos deberíamos esforzarnos por conseguir la paz entre los demás para que cada uno se lleve bien dentro de su propia forma de vida en lugar de forzarlos a la idea de otra persona sobre lo que está bien o mal. Si tenemos en cuenta estas cosas al interactuar con los demás cada día, quizá algún día podamos convivir pacíficamente en este hermoso planeta llamado Tierra.
Pon a Dios en primer lugar, pon a los demás en primer lugar, y disfrutarás de una vida bendecida.
Cuando ponemos a Dios en primer lugar, nuestras vidas comienzan a ser más significativas y llenas de propósito. Cuando ponemos a los demás por delante de nosotros mismos, somos capaces de marcar la diferencia en sus vidas. Cuando servimos a los demás sin ataduras ni expectativas de nada a cambio, ¡es cuando se encuentra la verdadera alegría!
Conclusión
Este egoísmo puede adoptar muchas formas, desde utilizar la Iglesia como un club social hasta arremeter contra los que no están de acuerdo con nosotros. Aunque estos comportamientos pueden parecer inofensivos al principio, en realidad son muy peligrosos porque hacen que nos volvamos hacia dentro y perdamos de vista el propósito de Dios para nosotros.
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