De La Prisión A La Libertad. Predicación

El Evangelio es para todos, en todas partes. Es un incentivo para hacer el bien y llevar esperanza a los desesperados. Fue la principal preocupación de Pablo, en sus escritos y con su ejemplo, pues sabía que el evangelio era poder de Dios para la salvación (Rom. 1:16). Por eso lo predicaba incluso desde una celda de la cárcel (Hechos 16:25). En base a esta lectura daremos este armón titulado “De la prisión a la libertad”.

Índice de Contenido
  1. Pablo y Silas fueron arrestados en Filipos.
  2. Pablo fue puesto en prisión.
  3. Fue un milagro que fueran de la prisión a la libertad.
  4. Comenzaron a predicar sobre Jesucristo.
  5. Pablo y Silas fueron encarcelados pero predicaron acerca de Jesucristo
  6. De la prisión del pecado a la libertad en Cristo
  7. Conclusión

Pablo y Silas fueron arrestados en Filipos.

Quizá te preguntes por qué Pablo y Silas fueron arrestados en Filipos. La respuesta es sencilla: estaban predicando la palabra de Dios, lo cual era ilegal según la ley romana. Pero este arresto no fue al azar, ¡en realidad fue parte del plan de Dios todo el tiempo!

Los magistrados sabían que si golpeaban a Pablo y Silas, no les harían daño porque habían sido sanados por Dios. Así que en lugar de golpearlos con varas (un castigo común), los magistrados los encarcelaron hasta el día siguiente, cuando podían sentenciarlos oficialmente a muerte por lapidación o ahorcamiento.

Pablo fue puesto en prisión.

De la prisión a la libertad

Puedes imaginar la alegría de Pablo y Silas cuando fueron liberados de la prisión. Habían estado en prisión durante unos días, pero ahora eran libres para adorar a Dios con sus amigos de nuevo. Fue gracias a un milagro que Pablo y Silas fueron liberados.

Cuando el carcelero les pidió que cantaran alabanzas a Dios para poder volver a entrar en su casa con seguridad, ellos cantaron: "Saulo nos ha metido en la cárcel. Todos somos prisioneros que hemos sido atados con cadenas; sin embargo, se nos ha dado la autoridad para cantar alabanzas sobre la grandeza y el poder de Dios."

Fue un milagro que fueran de la prisión a la libertad.

Veamos la historia del apóstol Pablo y Silas, que fueron encarcelados por el gobierno romano. Habían sido arrestados por predicar sobre Jesucristo, y los metieron en la cárcel. Las puertas de la cárcel estaban cerradas con fuertes barrotes de hierro, pero un terremoto sacudió toda la ciudad con tanta fuerza que los barrotes se desprendieron de sus goznes y se cayeron. ¿Y qué hicieron? Salieron de la cárcel. Para leer más sobre cómo Dios liberó a Pablo de sus cadenas, vaya a Hechos 16:16-26

Comenzaron a predicar sobre Jesucristo.

Comenzaron a predicar sobre Jesucristo y los otros prisioneros los escucharon. El carcelero sacudió sus cadenas para escuchar lo que decían, pero no lo entendió. Preguntó si eran griegos porque los escuchó hablar en su idioma. Pablo le dijo: "Somos judíos nacidos en Tarso de Cilicia, pero nos han traído aquí como prisioneros porque creemos que Jesús es el Hijo de Dios" (Hechos 16:19-21).

Pablo y Silas fueron encarcelados pero predicaron acerca de Jesucristo

"De la misma manera, os ruego que tengáis entre vosotros esta mentalidad, que es la vuestra en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a lo que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando la forma de siervo, naciendo en la semejanza de los hombres, y siendo hallado en forma humana, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Por eso Dios le exaltó y le concedió el nombre que está por encima de todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla, tanto en el cielo como en la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre". (Filipenses 2:5-11)

De la prisión del pecado a la libertad en Cristo

La cárcel del pecado es una metáfora de la pecaminosidad del hombre. Representa la esclavitud a la que estamos sometidos como resultado de nuestros pecados y desobediencia a Dios. Vivimos en esta prisión por nuestras propias decisiones, pero no podemos salir sin la ayuda de Dios. El enemigo que nos mantiene encerrados también se encarceló a sí mismo allí cuando eligió rechazar los mandatos de Dios y seguir su propia voluntad en su lugar (Juan 8:44).

Mientras permanecemos en este lugar, Satanás tiene poder sobre nosotros a través de la tentación (Lucas 4:6). El pecado en sí mismo también puede considerarse una fuerza aprisionadora que nos impide desarrollar nuestro potencial en la vida (Gálatas 5:1-26; Romanos 7).

Conclusión

Soy un pecador que quiere liberarse de sus pecados, pero no puedo hacerlo solo. Necesito ayuda. Dios ha revelado la única manera de liberarse del pecado, y es a través de Jesucristo. Él murió por nuestros pecados para que podamos tener vida con Él para siempre en el cielo. No hay nada que puedas hacer para ganar tu salvación porque Dios lo hizo todo cuando Jesús murió en la cruz y resucitó de la tumba. Ser liberado de la prisión es algo maravilloso, pero tener vida eterna y libertad del pecado es más maravilloso.

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