Cuestión De Escoger Entre El Bien Y El Mal
Cuando intentas hacer lo correcto, tienes que darte cuenta de que habrá momentos en los que no sabrás si lo que has hecho está bien o mal. Puede dar miedo, pero es importante no dejar que esto se interponga en el camino de hacer lo que es mejor para ti y para los que te rodean.
Lo que está bien y lo que está mal
Es importante entender que el bien y el mal no son universales. Más bien, el bien y el mal son subjetivos, relativos y situacionales. Por ejemplo, lo que puede ser lo moral en una situación puede no serlo en otra.
Por ejemplo: Si ves a una anciana que se ha desmayado al lado de la carretera y la ayudas a levantarse, es una acción moralmente buena si quieres considerarla como tal porque beneficia a otra persona; pero si este mismo incidente fuera grabado por una cámara (por eso siempre se nos dice que no hagamos cosas buenas), entonces parecería algo totalmente distinto.
Parecerías un desalmado o un cruel por alejarte de alguien que necesita ayuda, lo que evidentemente no es cierto en absoluto porque ayudar a los demás suele considerarse algo bueno.
Del mismo modo, cuando la gente dice que "no hay manos limpias", se refiere a que todo el mundo ha hecho algo malo en algún momento de su vida; siempre habrá pruebas en alguna parte, aunque no estén haciendo nada malo ahora. "Entonces, ¿debemos dejar de juzgarnos unos a otros?". ¿Se pregunta después de leer estos últimos párrafos? Bueno, no exactamente..."
Actos correctos o incorrectos
Quizá se pregunte: "¿Qué es lo correcto?". Bueno, ¿qué es lo correcto? Lo correcto es hacer lo que es correcto. ¿Y qué es lo incorrecto? Estás equivocado si hiciste lo que es incorrecto. Por lo tanto, hacer lo correcto es siempre correcto y hacer lo incorrecto es siempre incorrecto. ¿Y qué hay de hacer las cosas por las razones correctas frente a las incorrectas?
La respuesta a esta pregunta depende de si tus motivos fueron puros o impuros en tu proceso de toma de decisiones; es decir, "¿Es porque quiero algo bueno para mí (por ejemplo, el placer) lo que me motiva a hacer algo bueno para los demás (por ejemplo, ayudarles), o estoy motivado por deseos bajos (por ejemplo, la codicia)?" Resulta que no importa lo nobles que sean tus intenciones; si tu acción se hizo con mala intención, sus resultados seguirán siendo negativos, ¡incluso si esos resultados resultaron positivos en general!
Elegir entre lo correcto y lo incorrecto
Elegir entre el bien y el mal es una cuestión de tener la mentalidad correcta. Si eliges hacer lo correcto, no te sentirás culpable. Pero si eliges hacer lo que está mal, es probable que te sientas mal contigo mismo. Si hay algo que quiero para mis lectores, es que se sientan bien consigo mismos. Así que permíteme que te ayude asegurándote de que tu mentalidad está siempre en el lugar correcto:
Comprar lo correcto en una tienda
Cuando vas a una tienda, tienes que tomar algunas decisiones. Puedes comprar caramelos o chicles, pero muy pronto se te caerán los dientes. Y luego está la elección entre el bien y el mal: ¿deberías robar ese televisor? ¿Estaría bien si todos los demás lo hicieran?
En la vida hay que elegir entre el bien y el mal todo el tiempo. Cuando alguien te pide ayuda con los deberes, ¿le das una respuesta o simplemente le dices que "busque en Google"? Es una decisión difícil. Sin embargo, a la hora de decidir si comprar o no algo en una tienda (o robar cualquier cosa), hay dos preguntas importantes que deben responderse antes de tomar cualquier decisión: ¿se ajusta esto a mi presupuesto? ¿Y otra persona saldrá perdiendo con este artículo porque yo lo estoy comprando para mí?
Elegir hacer lo correcto
La elección que hagas determinará tu futuro. Puedes elegir hacer lo correcto o no hacer nada. Si no eliges nada, más adelante, cuando la gente te pregunte por qué tu vida acabó siendo tan terrible y miserable, ¿cuál será tu excusa? No es que no tuvieras opciones. Tenías muchas opciones: Podías haber elegido hacer otra cosa; o incluso cualquier cosa diferente a lo que ocurrió; o incluso cualquier cosa, además de elegir no hacer nada.
Conclusión
En resumen, toda moneda tiene dos caras. Hay bondad y maldad en todos, y la elección de qué lado queremos seguir depende de nosotros. Podemos elegir la vida o la muerte; el amor o el odio; la amistad o la traición. Nadie sabe lo que nos depara el futuro, pero sólo una cosa es cierta: si hemos cometido errores en la vida, debemos aprender de ellos para que no se repitan la próxima vez.
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