Conocer A Dios En Toda Su Plenitud
El problema del mal es una de las objeciones más frecuentes a la idea de que Dios existe. Si Dios es todopoderoso y benévolo, ¿por qué permite o crea el sufrimiento? Esta objeción ha existido durante miles de años y sigue siendo una espina clavada en el costado de creyentes y no creyentes.
- Creer en dios es fácil, conocer a dios es difícil
- El problema del mal - la cuestión de por qué hay tanto sufrimiento en el mundo cuando existe un dios todopoderoso y benévolo.
- Dios no hace del mundo un lugar mejor, el infierno sería más preferible que este mundo en el que vivimos
- Saber algo sobre Dios es imposible
- Conclusión
Creer en dios es fácil, conocer a dios es difícil
Creer en Dios es fácil, conocerlo es difícil. Dios es infinitamente complejo, por lo que es imposible conocerlo plenamente. No tiene cuerpo y, por lo tanto, no puede ser visto ni tocado por los seres humanos; no puede ser pesado ni medido como un objeto hecho de materia o energía; no podemos verlo con nuestros ojos porque habita en un reino espiritual donde las leyes físicas de este mundo no se aplican (1 Corintios 2:8).
Debido a estas características, a las criaturas finitas nos resulta muy difícil comprender al infinito Creador y su infinita sabiduría (Isaías 55:9-11). Dios también se revela a sí mismo a través de las Escrituras, pero incluso en este caso hay límites a lo que podemos entender sobre él porque ha decidido no revelar todo sobre sí mismo (Romanos 11:33-36).
Aunque Jesucristo vino a la historia de la humanidad como totalmente humano y totalmente divino, no explicó todas las cosas cuando caminó entre nosotros: dijo a sus discípulos que incluso después de verle hacer muchos milagros seguirían diciendo "¡nunca hemos visto nada parecido!". (Juan 7:31-35).
El problema del mal - la cuestión de por qué hay tanto sufrimiento en el mundo cuando existe un dios todopoderoso y benévolo.
A menudo se considera un problema para los cristianos y otras religiones monoteístas, pero también puede considerarse un problema para todas las religiones, porque generalmente insisten en que sus deidades son responsables de todo lo bueno que ocurre en este universo y, por lo tanto, también deben ser responsables de todo lo malo.
Esto tiene sentido si se cree que Dios lo controla todo: si está a cargo, entonces tiene la responsabilidad de asegurarse de que todo ocurra exactamente como debería (sin ningún sufrimiento). Pero si Dios no lo controla todo, tampoco se le puede culpar de lo que ocurra, lo que significa que ya no hay que preocuparse por lo mal que puedan ir las cosas.
Dios no hace del mundo un lugar mejor, el infierno sería más preferible que este mundo en el que vivimos
El mundo no es un lugar mejor. El mundo no es un lugar peor. Es simplemente el mundo. No hay manera de saber si sería mejor o peor sin saber cuáles son las intenciones de Dios para nosotros, y como no podemos conocerlas, no podemos saber dónde cae este mundo en la escala entre lo bueno y lo malo.
No estoy diciendo que este mundo no tenga su parte de alegrías y dolores, sino que no sabemos cuánto sufrimiento contiene en comparación con cuánta alegría contiene o incluso si el sufrimiento o la felicidad son más frecuentes en nuestras vidas que en las de los demás.
No tenemos forma de medir estos valores porque son invisibles para nosotros; existen en algún lugar más allá de nuestra percepción de las cosas, lo que significa que no hay forma de que hagamos ninguna afirmación sobre ellos con certeza, a menos que Dios nos dé alguna idea de cuál es su plan con respecto a ellos (lo que todavía no ha hecho).
Saber algo sobre Dios es imposible
El problema del mal es un problema filosófico, no lógico. Hay muchas críticas sobre las pruebas de la existencia de Dios por parte de diferentes filósofos y teólogos. Algunas de estas críticas han sido respondidas satisfactoriamente; otras no. Pero, en general, sigue sin haber una prueba absoluta de la existencia de Dios.
El problema del mal no significa que todas las concepciones de Dios deban ser falsas o que no pueda haber ningún conocimiento sobre Él. Sólo significa que nunca podremos saber todo sobre Él porque algunas partes están ocultas para nosotros (Heb 11:3). En este sentido, conocer algo de Dios es imposible ya que Él es infinito mientras que nosotros somos criaturas finitas que no pueden comprender un Ser infinito como Él.
Conclusión
La idea de conocer a Dios puede parecer abrumadora e intimidante. Pero no tiene por qué serlo. Si buscas una forma accesible de relacionarte con Dios, él ya nos ha dado una: Jesucristo. Esta es la clave para entender a Dios como una persona que nos ama profundamente y quiere una relación íntima con nosotros.
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