Confiando En Dios Más Que En Nuestra Economía
He oído decir que el mercado de valores es como un casino. La idea es que si inviertes sabiamente, ganarás algo de dinero, pero también existe la posibilidad de que lo pierdas todo. Es cierto: la economía puede ser muy impredecible, y ciertamente no es algo con lo que podamos contar para satisfacer nuestras necesidades. Pero como cristianos, tenemos una fuente de seguridad y estabilidad en Jesucristo que ninguna cantidad de dinero podría proporcionar. Podemos confiar en Dios más que en nuestra economía porque Dios es real (no sólo un concepto abstracto) y nos ama incondicionalmente.
- Cree en Dios más que en nuestra economía debería ser algo natural para quienes son creyentes.
- La economía parece estar "arreglada"
- ¿Hay realmente empleos disponibles?
- ¿Están los cambistas en el templo?
- Deberíamos ser más como niños
- Necesitamos establecer nuestras prioridades con Dios primero y todo lo demás en segundo lugar.
- ¿Qué pasa con los que no creen en Dios?
- Dios va a cuidar de nosotros mejor que cualquier cartera de inversiones.
- Conclusión
Cree en Dios más que en nuestra economía debería ser algo natural para quienes son creyentes.
La gente de fe debería preocuparse más por Dios que por el dinero. Dios es el creador del universo y la fuente de todas las cosas buenas. Su voluntad es siempre buena, por lo que debemos confiar en él. Dios es siempre fiel y digno de confianza.
La economía parece estar "arreglada"
La economía no es un juego de suma cero. La economía no es una simple ecuación que pueda resolverse con suficientes datos y conocimientos. La economía no es algo que se pueda predecir, así que no lo intentes. No sabes lo que va a pasar en el mercado o cómo van a ir las cosas para tu empresa o tu sector, así que deja de intentar adivinar. Y, por último, la economía ni siquiera está realmente "arreglada" todavía; sigue empeorando...
¿Hay realmente empleos disponibles?
No es un buen momento para buscar trabajo, pero si estás dispuesto a cambiar tu forma de ver las cosas y ser flexible, entonces sí, hay trabajos disponibles. Incluso si no son lo que quieres en este momento, te ayudarán a poner el pie en la puerta y te permitirán adquirir una experiencia que facilitará a otra persona que esté dispuesta a trabajar duro y a adaptarse cuando sea necesario (y con la que todos podamos identificarnos) dijo: "La clave es mantener la mente abierta. La economía es cíclica, así que las cosas van a mejorar de nuevo".
Tiene razón. Puede parecer contraintuitivo ahora mismo porque vivimos en una época de incertidumbre en la que todo parece inestable -especialmente nuestra economía, que lleva años tambaleándose-, pero lo cierto es que esto no es nuevo ni inusual; las recesiones ocurren periódicamente a lo largo de la historia y siempre se recuperan finalmente.
¿Están los cambistas en el templo?
Los cambistas no son el problema. Son un síntoma del problema. Pueden cambiar el dinero en otra cosa, pero si aman el dinero más que a Dios y a su pueblo, en eso se centrarán. El dinero cambiará de manos porque hemos permitido que estén ahí. Y es por eso que están en el templo; ¡porque hemos permitido que suceda!
Deberíamos ser más como niños
Los niños son mucho más confiados que los adultos. No se preocupan por el pasado, el futuro o incluso su situación actual. Por eso, no tienen miedo de hacer preguntas y no tienen problema en pedir ayuda cuando la necesitan. Deberíamos parecernos más a los niños.
Necesitamos establecer nuestras prioridades con Dios primero y todo lo demás en segundo lugar.
- Dios es nuestra prioridad. Jesús dijo: "Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6:33). Buscar significa tener como objeto o propósito en la vida, esforzarse por obtener algo. Hacemos de Dios nuestra prioridad porque Él es la fuente de todo lo que necesitamos, no sólo en esta tierra sino también en la eternidad.
- Dios es la fuente de todas las cosas. Él nos creó a nosotros y a todo lo que existe (Juan 1:3; Colosenses 1:16). Cuando hacemos de Él nuestra prioridad, anteponemos su obra a nuestra propia satisfacción o codicia de cosas materiales (Mateo 6:33). Esto puede ser un reto cuando estamos rodeados de una cultura que valora el dinero por encima de las personas y las posesiones por encima de las relaciones con otros que necesitan ayuda con necesidades como la comida y el refugio. Pero si tu fe no vale nada a menos que marque la diferencia en la forma en que vives cada día, entonces hazte esta pregunta...
- ¿Qué estoy haciendo ahora?
¿Qué pasa con los que no creen en Dios?
Tendrá que demostrárselo. Necesitan estar convencidos de que Dios existe y es el único camino verdadero. Necesitan saber que no podemos confiar en nuestra economía o en nosotros mismos, sino que debemos confiar en Dios para todo. Necesitan que se les muestre el error de sus caminos y cómo van en contra de lo que es verdadero y real al no creer en Dios.
Dios va a cuidar de nosotros mejor que cualquier cartera de inversiones.
Dios cuidará mejor de ti que cualquier cartera de inversiones, programa gubernamental o asesor financiero. ¿No se puede confiar en él? Es importante recordar que cuando no confiamos en Dios, estamos diciendo que no es digno de confianza. Eso es algo que realmente puede dañar nuestra relación con Él a lo largo del tiempo y alejarnos de Él por completo.
Conclusión
Creo que lo más importante de este post es la forma en que debemos ver nuestra economía, y cómo puede afectarnos. La verdad es que nuestra fe en Dios debería ser más fuerte que nuestra confianza en el dinero o en cualquier otra posesión material. Si tenemos fe en Dios, él nos proveerá a través de cualquier situación, ¡incluso si significa renunciar a todas nuestras posesiones terrenales!
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