Cómo Está Tu Autoestima, En Dios Puedes Superarte

El ser humano es un animal social y tiene necesidad de otras personas. Esta necesidad puede describirse como autoestima. La autoestima es una actitud positiva hacia uno mismo y hacia lo que hace. La persona con una alta autoestima se siente bien consigo misma y cree en sus propias capacidades para conseguir cosas y enfrentarse a los problemas. Alguien con baja autoestima tiene poca confianza en sí mismo y se preocupa más por lo que los demás piensan de él.

Cómo Está Tu Autoestima, En Dios Puedes Superarte

Índice de Contenido
  1. Mírate a través de los ojos de Dios
  2. Tu vida no es un error
  3. Tu infancia no te define
  4. Encuentra tu voz
  5. Perdónate por los errores del pasado
  6. Deja de ponerte siempre en último lugar
  7. No te compares con los demás
  8. Construye tu autoestima en Dios entendiendo lo que Él dice de ti y haciendo algo al respecto.
  9. Conclusión

Mírate a través de los ojos de Dios

Dios te ve como su hijo o hija. Esto es lo más importante que debes recordar cuando se trata de tu autoestima. Dios te ve como un individuo único y ama todas las pequeñas peculiaridades que te hacen especial. Dios te ve como una hermosa creación, igual que hizo a Adán a su imagen y semejanza. Dios no crea basura. Él crea cosas con propósito y significado, así que cuando nos mira, ¡también ve algo hermoso! Dios te ve como alguien que merece amor y respeto, así que no dejes que nadie te diga lo contrario.

Tu vida no es un error

Cuando tu autoestima es baja, puede ser difícil ver lo bueno en cualquier cosa. Incluso puedes sentir que tu vida es un error y que no vales nada. Pero eso no es cierto. Tu vida es una bendición de Dios. Él te creó con un propósito: ayudar a otros con Su amor.

Tu mente te dirá lo contrario, pero no lo creas. Esta mentira sólo conduce a la autodestrucción y a la desesperación debido a la cantidad de negatividad que crea en nuestras vidas cuando la creemos con demasiada fuerza (Juan 8:44). En lugar de creer esta mentira, concéntrese en lo que Dios nos dice sobre nosotros mismos: "Te he amado con amor eterno; te he atraído con compasión" (Jeremías 31:3).

Tu infancia no te define

  • Tu infancia no es culpa tuya. Cualquier conclusión negativa que hayas sacado sobre ti suele estar basada en el comportamiento y el estado de ánimo de tus padres, no en algo que hayas hecho o dejado de hacer. Si tu padre tenía una enfermedad mental u otros problemas que afectaban a su forma de criar a los hijos, es aún menos probable que hubiera algo que tú pudieras haber hecho para solucionarlo, e incluso si lo hubiera, es normal que los niños no sepan cómo manejar a sus padres.
  • Se puede ser feliz sin ser perfecto. No es necesario cumplir con un estándar inalcanzable de perfección para sentirse bien con uno mismo. Ser humano significa cometer errores y tener defectos como todo el mundo, así que si alguien espera la perfección de ti, entonces está manteniendo un estándar imposible para sí mismo y para los demás (y probablemente no sea muy feliz). Todo el mundo tiene puntos fuertes y débiles: encontrar el equilibrio entre ellos te ayudará a sentirte más feliz con lo que eres en general.
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Encuentra tu voz

Encontrar tu voz es un proceso que requiere paciencia y trabajo. Puede ser difícil encontrar tu voz cuando has experimentado cualquier tipo de trauma, pero es especialmente difícil hablar cuando el trauma fue causado por aquellos que se suponía que debían protegerte y cuidarte. Por eso es tan importante encontrar y hablar en tu propio nombre.

Cuando otros nos han quitado nuestro poder, es crucial que recordemos que tenemos poder sobre nuestras propias vidas, y que podemos utilizar este poder para volver a encontrar nuestra voz. Una forma de hacerlo es aprender a hablar por nosotros mismos, en lugar de confiar en que otros nos digan lo que significan las cosas o cómo debería ser la vida (¡como si alguien más lo supiera!).

Este primer paso para reclamar nuestra voz puede parecer intimidante al principio porque inevitablemente habrá algunas conversaciones difíciles por delante. Pero basta con que te recuerdes a ti mismo que, por muy difícil que sea la conversación ahora, será más fácil siempre que sigas con ella.

Perdónate por los errores del pasado

Si te cuesta perdonarte por los errores del pasado, puedes pensar que no es posible seguir adelante y ser feliz en tu vida. Sin embargo, esto no es cierto. Perdonarse a sí mismo le ayudará a centrarse en el futuro y a avanzar en su vida. Puede ser fácil quedarse atascado en el pasado, pero esto sólo le impedirá alcanzar todo su potencial.

Es importante que te perdones a ti mismo antes de que Dios pueda perdonarte y darte una pizarra limpia a sus ojos. ¿Pero cómo lo hacemos? La clave es aprender a eliminar los juicios sobre nosotros mismos de nuestra mente para poder amarnos de nuevo.

Deja de ponerte siempre en último lugar

Cuando te pones en último lugar, es una señal de que estás más preocupado por complacer a los demás que a ti mismo. Esto no sólo es malo para tu autoestima, sino también para los que te rodean. Cuando tus seres queridos no ven muchos actos de bondad en sus interacciones contigo, pueden sentir que no pueden contar contigo o confiar en tus buenas intenciones.

Es importante poder decir que no a veces, y mejor aún si podemos hacerlo sin sentirnos culpables por ello. Hágale saber a la gente cuando algo no le convenga o comprometa sus necesidades y deseos actuando de forma asertiva en lugar de pasiva (por ejemplo, "siento no poder asistir a la cena de esta noche porque tengo planes"). Puede parecer desalentador al principio, pero una vez que la pelota empieza a rodar, será más fácil con el tiempo, siempre que sigamos intentándolo.

No te compares con los demás

Si tienes un problema de autoestima, no te compares con los demás. No compares tus progresos con los de los demás. No compares tu éxito con el de los demás, y no compares tus fracasos con los de los demás. No compares la forma de tu cuerpo con la de los demás, y ni siquiera intentes competir con el color de su piel.

Construye tu autoestima en Dios entendiendo lo que Él dice de ti y haciendo algo al respecto.

Puedes construir tu autoestima en Dios entendiendo lo que Él dice de ti y haciendo algo al respecto. No necesitas ser la persona más bella, más inteligente o más rica de la Tierra. Eres grande sólo por lo que eres. Para construir tu autoestima, es importante entender que no importa lo que suceda en la vida o cuánto dinero o éxito logres (o no logres), Dios todavía te ama mucho. Recuerda que no importa lo que haya pasado ni lo que vaya a pasar: Dios siempre está con nosotros.

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Conclusión

Si estás buscando una manera de fortalecer tu autoestima, hemos esbozado algunas de las mejores maneras de hacerlo. Si te sientes atascado en la rutina y has probado todo lo demás, ¡quizás sea el momento de entregarle las cosas a Dios! Él sabe exactamente lo que necesitamos en cada momento y nos lo dará si se lo pedimos.

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