Bosquejo Bíblico De Juan 21:15-17

Todos conocemos la historia de la negación de Cristo por parte de Pedro. Es un poderoso recordatorio de que nadie es inmune al fracaso, aunque Dios le haya dado una gran responsabilidad. Sin embargo, lo que muchos no saben es que hubo otra vez en la que Pedro negó conocer a Jesús.

Esta segunda vez ocurrió en el lago de Galilea, justo antes de ser arrojado a la cárcel (Juan 21:15-17). En esta sección veremos cómo Juan registró este evento y por qué es importante para nosotros hoy en día

Índice de Contenido
  1. 1. La aplicación de la pregunta
  2. 2. El encuentro de Jesús y Simón Pedro
  3. 3. El inicio de la pregunta
  4. 4. El contraste entre las negaciones en la casa del Sumo Sacerdote y en la orilla del lago
  5. 5. Una nueva declaración de amor de Simón Pedro
  6. Conclusión:

1. La aplicación de la pregunta

Este pasaje contiene tres preguntas que Jesús hace a Pedro para ponerlo a prueba. Las dos primeras preguntas se responden en los versículos 15-16, mientras que la tercera se responde en el versículo 17. Cuando se trata de nuestro ministerio, debemos preguntarnos si realmente hemos sido cambiados por Cristo y, si es así, qué decimos de él.

2. El encuentro de Jesús y Simón Pedro

Este pasaje es un ejemplo de narración. Cuenta una historia que ocurrió en el pasado y explica lo que ocurrirá en el futuro. El escenario es el Mar de Galilea, donde Jesús acaba de ser resucitado de su tumba por Dios.

Se le aparece a Pedro primero porque éste era uno de sus amigos más cercanos. Este pasaje también muestra lo importante que era Simón Pedro para Jesús; le dijo que no pescara más, sino que fuera a difundir el mensaje de Jesús por todas las naciones (Juan 21:18).

3. El inicio de la pregunta

La pregunta de Pedro pregunta cuánto lo ama Dios, y que Dios lo ha perdonado como él pidió ser perdonado por el mismo Jesucristo en la cruz cuando dijo "Tus pecados son perdonados."

  • Pedro también quiere saber si puede perdonar a alguien que le ha hecho daño a él o a su familia (Juan 21:15).

4. El contraste entre las negaciones en la casa del Sumo Sacerdote y en la orilla del lago

En esta sección, veremos el contraste entre las negaciones en la casa del sumo sacerdote y en la orilla del lago. Pedro tenía miedo de lo que le sucedería si negaba a Jesús. Tenía miedo de lo que le pasaría si no negaba a Jesús.

Tenía miedo de lo que diría cuando la multitud le preguntara: "¿Eres uno de sus discípulos?". También tenía miedo de lo que diría cuando le preguntaran los policías: "¿Eres uno de sus discípulos?".

La misma pregunta podría no significar lo mismo en ambos lugares: podría significar una acusación de que Pedro había robado a alguien o había estado involucrado en otros delitos.

Pero cuando se le pregunta en otra ocasión (Juan 21:15-17), Pedro admite que había formado parte de una conspiración con otros que también eran pescadores, pero ahora niega conocer a Jesús porque todos temían por su vida si eran descubiertos como seguidores (Juan 21:18).

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5. Una nueva declaración de amor de Simón Pedro

Simón Pedro era un gran hombre de fe, pero también era un hombre de miedo.El miedo es a menudo el resultado de la culpa y la vergüenza. Cuando nos sentimos culpables o avergonzados, es natural que temamos por nuestra seguridad y bienestar.

Esto es especialmente cierto cuando hemos cometido una ofensa contra Dios o contra otra persona. Simón Pedro tenía ambos tipos de miedo: temía ser rechazado por Jesús (su Padre), y temía ser castigado por Dios (el Juez).

Estos temores le hicieron negar a Jesús tres veces, como se relata en Mateo 26:34; Marcos 14:30; Lucas 22:31-32; Juan 18:17-18.

Conclusión:

Juan tiene un ministerio evangélico que escribir, mientras que nosotros tenemos una vida que vivir. Juan escribe el evangelio de Jesucristo, mientras que nosotros vivimos el evangelio de Jesucristo.

El testimonio de Juan está en su palabra escrita; tu testimonio está en tu vida y en tu amor por los demás. Es importante recordar que nosotros no somos Juan, y él no es nosotros. Nuestras vidas son nuestras, y debemos vivirlas lo mejor que podamos.

Sin embargo, siempre hay algo que nos conecta con los demás, y es esta conexión la que nos impulsa hacia el cumplimiento de nuestro propósito en la vida.

Puede ser difícil entender por qué Dios permite que sucedan cosas tan malas en este mundo; sin embargo, debe haber alguna razón para todo ello porque Él no crea nada sin propósito (Salmo 139:13-16).

Queda la duda de si volveremos a ver a Jesús antes de que se acabe nuestro tiempo en la tierra, pero una cosa es segura: ¡siempre estará con nosotros porque su amor nunca falla!

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